domingo, 30 de enero de 2011

Chusmeando de Justina Cabral








Chusmeando cuentame un chisme
que el chisme es puro chimento
porque si bien no chusmeo
la mentira es puro cuento

Chusmeandome inventa historias
que inventen nuevos inventos
sin mentir que la mentira
es una pompa de cuentos

EL CHISME

Inventemos chusmerios
sin escusas y sin peros
que al correr de tras de ellos
no hay chismosos pasajeros

Chisme que sumba chismoso
y que el chusma bien comenta
no te vallas que algún chusma
te cuenta en camara lenta

Autora: Justina Cabral

País: Argentina



domingo, 9 de enero de 2011

Kixmi, el único Dios

La larga marcha de los bautizados

La introducción del cristianismo en Euskal Herria se produce de forma lenta y dificultosa, en el espacio de tiempo comprendido entre los siglos I y VIII. No obstante, todavia en el siglo IX, a diversos núcleos, especialmente los cercanos al litoral oceánico, no ha llegado el símbolo de la cruz. El fenómeno religioso aparece en la vasconia romana vía Tolosa, capital de Aquitania, donde San Saturnino convierte a Honesto, quien por su parte traería aquella doctrina, por vez primera, a Iruñea -Pamplona-, conocida por aquel entonces como la Pompeiópolis de los romanos. Ahí, tradicionalmente, se dijo que empezó todo.

En la Iruña de aquellos días vivía el joven senador Firmio, quien habiendo abrazado la nueva doctrina, no sólo se hizo sacerdote, sino que llegó a ser el primer obispo de Pamplona. Ello acontecía en las postrimerías del siglo I. Tras su muerte en el martirio, alcanzaría la santidad, siendo conocido como San Fermín, patrón de la capital de Navarra hasta nuestros días.

(En la foto, sepulcros pre-románicos en la cueva de las Gobeas, Laño -Álava-)

Claro está que todo esto no puede probarse desde un punto de vista histórico, ya que otros estudios sitúan la venida de San Saturnino a tierra vasca en el siglo III. Lo cierto es que, a pesar de este vacío de datos cronológicos exactos, tenemos que Pamplona era ya importante foco de la cristiandad en los comienzos de la andadura de esta nueva fe. Y que irradiándola desde aquí, el ideal cristiano tomaba cuerpo en tierras de Rioja, Burgos y Sur de Álava.

Prueba de ello son las numerosas cuevas, todavía hoy existentes en las zonas mencionadas, conocidas popularmente como "cuevas basilicatas". Se trata de grutas que fueron naturales, pero que en su día se adaptaron artificialmente en su interior viviendas eremitas, templos cristianos destinados al culto e incluso necrópolis. Aunque desde un punto de vista histórico más moderno, las cuevas basilicatas parecen datar de épocas posteriores, tal vez siglos VII y VIII, si bien muchas de ellas debieron de ser empleadas con la finalidad para la que se crearon, todavía en el siglo IX.

Muchas leyendas debió dar el Camino de Santiago, de las cuales han perdurado, desgraciadamente, al menos a su paso por tierra vasca, muy pocas de ellas. La más importante, sin embargo, con diversas variantes, se localiza en tierras riojanas, en Santo Domingo de la Calzada, para ser exactos.

Dice la leyenda, en esencia, que trasladándose en peregrinación hacia Compostela, dos esposos galos y su hijo, un adolescente, se hospedaron una noche en una fonda de Santo Domingo de la Calzada. Que habiendo intentado seducir la posadera al muchacho, éste no se dejó convencer y la rechazó. Y que la posadera, para vengarse del joven peregrino, escondió un objeto valioso en su equipaje.

Al día siguiente, al reemprender el viaje, el muchacho sería detenido, al serle encontrado el objeto puesto por la posadera, y qu ésta, en su venganza, había denunciado como robado. El joven es ahorcado y sus padres han de continuar solos la peregrinación.

Mas de regreso de Santiago, el matrimonio vuelve a pasar por Santo Domingo y se encuentra con que su hijo sigue vivo, aunque colgando del patíbulo todavía. De inmediato dan cuenta del prodigio al juez quien, incrédulo, cuando está a punto de comerse un gallo asado, dice que eso es
tan imposible como que el gallo cantase. Milagrosamente, el gallo no sólo cantó, sino que recobrando la vida, correteó ante los ojos de todos los presentes. El muchacho fue descolgado y ante la fe que parecía derrochar, la posadera al fin confesó su delito.

Prodigio de semejante magnitud, atribuido al mismo Santiago, se observa en otra leyenda que nos remonta al siglo XI. Se dice que treinta caballeros de Lorena, dispuestos a iniciar la peregrinación hasta la tumba del Apóstol, prometieron solemnemente ayudarse unos a otros a lo largo del viaje, y no abandonarse bajo ninguna circunstancia. Tan sólo uno de ellos se abstuvo de prometer nada.

Sucedió que, tras haber llegado hasta Gascuña sin incidencias, uno de los peregrinos cayó gravemente enfermo. Recordando entonces la promesa, cargaron como pudieron con áquel, lo cual les retrasó diez días el viaje hasta el puerto de Cisa. Discutirían allí el asunto y resolverían abandonarlo al fin, cosa que hicieron, pues de lo contrario ninguno de ellos lograría, ni por asomo, llegar a Galicia.

(Imagen de Santiago, en la Parroquia de Puentelarreina -Navarra-)

Solamente aquel peregrino que nada prometió se quedó con el enfermo, cargándoselo a cuestas. Así logró llegar, una madrugada, hasta lo alto del Pirineo, una vez dejado atrás San Miguel el Viejo, en Baja Navarra. Pero esa noche moriría el peregrino, sintiendo su caritativo compañero que a él mismo parecían abandonarle las fuerzas. Dicen que entonces se le apareció el Ápostol Santiago, y que montando en su caballo al vivo y al muerto, emprendieron tan loca carrera que al alba estaban ya en los montes del Gozo, a menos de una milla de la catedral compostelana.

Información obtenida de Nosotros los Vascos



jueves, 6 de enero de 2011

Quisiera ser tan alta...


El patio de mi casa


El corazón es agua




El corazón es agua
que se acaricia y canta.
El corazón es puerta
que se abre y se cierra.

El corazón es agua
que se remueve, arrolla,
se arremolina, mata.

Cancionero y romancero de ausencias. Poesías completas. Madrid: Aguilar, 1979, pp. 614-615.

Miguel Hernández

En cuclillas, ordeño





En cuclillas, ordeño
una cabrita y un sueño.

Glú, glú, glú,
hace la leche al caer
en el cubo. En el tisú
celeste va a amanecer.
Glú, glú, glú. Se infla la espuma,
que exhala
una finísima bruma.

(Me lame otra cabra, y bala.)

Poemas sueltos I. Poesías completas.
Madrid: Aguilar, 1979, p. 711.


Miguel Hernández

domingo, 2 de enero de 2011

Los doce meses


Una vez, en la noche de fin de año, los doce meses del año se reunieron alrededor de un árbol de Navidad y comenzaron a discutir sobre cuál de ellos era el más importante.

-Esta discusión es una bobada -habló Diciembre-, está claro que yo soy el más importante. A todo el mundo le encanta que llegue yo, porque en Diciembre está la Navidad. Este árbol tan bien adornado es una prueba de lo que digo.

-Estás equivocado -replicó Agosto-. La gente me prefiere a mí. Mis días son cálidos y soleados. Y en Agosto, todo el mundo se va de vacaciones.

-¡De eso nada! -protestó Julio-. Mucha gente también se va de vacaciones mientras estoy yo.

-¡Yo soy más importante! intervino Marzo!-. Traigo la primavera, que es la estación más hermosa. Y en Marzo las flores comienzan a brotar.

-Sí, pero es en Mayo cuando están más bonitas -dijo Mayo.



Y así cada mes fue defendiendo su importancia. Uno porque en él se tomaban las vacaciones de Pascua. Otro porque en su calendario estaba tal o cual otra festividad...

-Y tú Enero -preguntaron al único mes que no había hablado-. Aún no has dicho nada.

-Es que, en mi opinión, todos somos igual de importantes -contestó.

-A ver, explícate -le dijeron.

-Veréis. Yo llego en primer lugar, y en Enero es cuando la vida comienza a germinar bajo la tierra. En Febrero la naturaleza revive. Y Marzo barre definitivamente el polvo del invierno. Abril trae algo de calor a las flores y plantas, hasta que Mayo y Junio toman el relevo. Es para entonces cuando la vegetación está llena de vida.

Siguen Julio y Agosto, que la hacen madurar gracias a la longitud y al calor de sus días y a la tibieza de sus noches. En Septiembre y Octubre llega el tiempo de las cosechas. Después los hombres necesitan reposo y por eso Noviembre alarga las noches. Por último los hombres necesitan alegría, y Diciembre trae la fiesta de Navidad.

Como veis, sin el trabajo que cada uno realiza no podrían sobrevivir los demás.
Todos los meses admiraron la sabiduría de Enero y nunca más discutieron.

Y colorín colorado...

(desconozco el autor del cuento)


sábado, 1 de enero de 2011

Canción del marinero






Soy el marinero Buenapata,
que por los mares
voy dando la lata.
Yo soy el capitán,
el más temible,
pero a los truenos
les tengo un miedo horrible.

Por la Terranova
pesco bacalao,
que son unos peces
la mar de «salaos».

A los tiburones,
trato con cariño,
aunque soy muy viejo
soy igual que un niño.
Con mi catalejo
veo en la distancia
si aparece un barco
en la lontananza.

Durante la noche
me pongo a soñar,
enciendo mi pipa
y canto un cantar:

El mar es mi tierra,
el mar es mi espejo.
Toso, fumo y canto,
marinero viejo.

El mar es mi espejo,
me corto el bigote
cuando entre las olas
brilla un cachalote.

Viejo marinero,
el mar es mi cuna,
mi padre es el sol,
mi madre la luna.

Cuando yo era joven,
pescaba pescados.
Ahora que soy viejo
pesco resfriados.

Gloria Fuertes